
El tratamiento con ozono tiene la enorme ventaja de la falta de efectos secundarios. A dosis médicas y a concentraciones menores de 40 ngr/ml, el ozono estimula el metabolismo celular sin alterar su estructura. Es decir que no afecta al funcionamiento normal de las células y los tejidos.
No tiene efectos colaterales dañinos, pudiendo producir en ciertos casos ligera cefalea, migraña
o mareo temporal. Estos efectos revierten escaso tiempo después, sin necesidad de tratamiento alguno.
No cierra puertas a posteriores tratamientos en casos de no respuesta a la ozonoterapia.
El Índice general de mejoría y/o curación se sitúa cerca del 80%. Un 20% de los casos no responden a la administración de ozono. La causa se desconoce.
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