
La lesión de estos tendones que forman la cofia rotadora del hombro y la bolsa subacromial, que protege dicha cofia del roce, produce una Tendinitis crónica o una Bursitis deltoidea.
Estos pacientes presentan un dolor vivo e intenso del hombro, que suele ser progresivo y nocturno, desencadenado a menudo con actividades en las que tienen que elevar el brazo por encima de la cabeza. La causa es atribuible a un sobre uso de la articulación. Existe también una gran limitación de la movilidad que en muchos casos impide las actividades básicas cotidianas. El dolor se puede irradiar hacia el brazo, codo e incluso mano.
En otros casos nos encontramos con una tendinitis calcificada, cuyo diagnóstico es fundamentalmente radiológico. El dolor es insidioso, o de instauración súbita, aguda y severa, con una gran limitación de la movilidad.
La infiltración con ozono precisa de 4 vías de acceso a la articulación del hombro. Tres a nivel de la articulación Gleno-Humeral (Vías Posterior, Anterior y Lateral) y una a nivel decorredera Bicipital. Realizamos generalmente 1 infiltración semanal con un promedio de 8 sesiones, consiguiéndose en la mayoría de los casos una mejoría inmediata objetiva de los pacientes y un aumento del arco de movilidad.
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