
Se aplica también para trastornos circulatorios del cerebro, el corazón y la periferia (brazos y piernas).
En enfermedades vasculares periféricas, gangrena y úlceras de las extremidades, el uso de ozono a ahorrado muchas amputaciones. El tratamiento para las gangrenas se realiza colocando la extremidad afectada dentro de una bolsa de plástico que se hincha con ozono, éste penetra a través de la piel y la curación es tan rápida que a menudo el color pasa de negro a rosado durante el primer tratamiento.
El cerebro es especialmente sensible a la falta de O2, aunque solo representa el 2% del peso total del cuerpo consume un 20% de oxígeno. La falta de oxígeno en el cerebro suele originar una pérdida de memoria y dificultad de concentración, y es uno de los factores desencadenantes fundamentales de la senilidad.
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