20/2/14

TRATAMIENTO DEL AGUA POTABLE CON OZONO

Existen muchas enfermedades que se encuentran dentro del grupo denominado como hídricas, dentro del cual, la más común es la deshidratación, como bien imaginarán.
Para evitar este tipo de enfermedades, de una manera simple y cotidiana, el consumo de agua potable constituye un factor muy importante para dicho objetivo. Sin embargo el agua, si no se controla correctamente, en algunas oportunidades puede venir acompañada por diversos tipos de contaminante. Esta, junto a otras razones, son las causas de que exista el Real Decreto 140/2003, el cual establece  la obligación de tratar y controlar las aguas destinadas a consumo humano.
Para lograr que el agua consiga cumplir con las pautas que en el mencionado decreto aparecen, uno de los agentes desinfectantes más utilizados es el cloro, sin embargo, este no es el único y tampoco el mejor.
El ozono empleado en el agua ofrece un poder desinfectante 3.000 veces superior y más rápido, razón por lo que el tratamiento de agua potable con ozono presenta muchas ventajas en relación al realizado con el cloro.
Con el ozono es posible eliminar virus, bacterias y microorganismos en general cloro-resistentes. Sin embargo, no son los únicos beneficios, estos los podemos resumir en:

-Desinfección bacterial e inactivación viral: En 20 segundos, en una concentración de ozono de 0,025 mg/litro, se obtiene un 99,9% de inactivación de bacterias y virus.
-Oxidación de inorgánicos como hierro, manganeso, metales pesados ligados orgánicamente, cianuros, sulfures y nitratos
-Oxidación de orgánicos como detergentes, pesticidas, herbicidas, fenoles, sabor y olor causados por impurezas.

Además, el ozono consigue la eliminación de turbidez, destruyendo los materiales coloidales por medio de la oxidación de materias orgánicas, y la eliminación de olores, colores y sabores, mejorando la calidad y el aspecto del agua, transformándola en más adecuada para el consumo.
El tratamiento de agua potable con ozono consiste en conseguir un tiempo de contacto adecuado con la cantidad justa de ozono, durante algunos minutos, consiguiendo mejorar la calidad del agua, que queda totalmente desinfectada.
Sí, vale destacar que luego del tratamiento, el ozono se descompone en oxigeno, sin dejar residuos, razón por lo que tampoco existirá un residual desinfectante que prevenga la aparición de nuevas bacterias. Es por eso que es necesario asegurarse que el agua ha sido recién tratada, razón por lo que se realizará en un sistema de ozonización en un depósito con un caudal de recirculación, en donde mediante un inyector vénturi se añadirá la producción de ozono adecuada, y mediante un temporizador se aumentará  y disminuirá el tiempo de producción y de parada, consiguiendo en estado estacionario una mayor o menor concentración de ozono

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