Una de las razones por la cual el ozono no ha sido aprobado como una práctica común en la medicina es su uso sin controles apropiados. Por consiguiente, un sistema de control terapéutico y seguridad tóxica es de gran importancia en las aplicaciones de la ozonoterapia sistémica. La utilización de parámetros bioquímicos específicos para controlar la dosis aplicable en términos de seguridad y efectos terapéuticos ha estado ganando en importancia 1,2 y soportaría las bases para una aplicación no empírica. Sin embargo, todavía no existe un criterio generalizado de los índices bioquímicos específicos que pueden ser útiles en la evaluación tanto de la no-ocurrencia de efectos tóxicos así como de los efectos terapéuticos de la ozonoterapia sistémica.
La ozonoterapia está estrechamente relacionada con el concepto de "estrés oxidativo" debido a que genera un efecto antioxidante 3,4 mediante la estimulación de los sistemas de defensa contra la actividad de las especies oxidativas dañinas.
La ocurrencia de especies oxigenadas reactivas, conocidas como pro-oxidantes, es un atributo de la vida aeróbica normal. La formación estable de los pro-oxidantes está balanceada por una relación similar de su consumo por los antioxidantes enzimáticos y/o no-enzimáticos. El estrés oxidativo es el resultado de un desbalance en el equilibrio pro-oxidantes-antioxidantes en favor de los pro-oxidantes.
Un gran número de enfermedades están asociadas con el estrés oxidativo, incluyendo numerosos procesos y fenómenos fisiológicos y patofisiológicos tan diversos como la inflamación, envejecimiento, las infecciones virales y bacterianas, la carcinogénesis, la acción de drogas, la toxicidad de los medicamentos y la defensa contra los protozoos; constituyendo éstos las bases de la terapia antioxidante.
El diagnóstico del estrés oxidativo es altamente relevante en tales procesos y en las aplicaciones de las terapias antioxidantes. En términos de seguridad, debe tenerse en cuenta que en las células normales existe un delicado equilibrio entre los oxidantes y los antioxidantes.
Sin embargo, este equilibrio puede ser perturbado por una producción excesiva de radicales libres y orgánicos o un defecto en los sistemas de defensa de la célula, produciendo un estado pro-oxidante 5. Un desbalance prolongado favoreciendo el estado prooxidante es caracterizado por estrés oxidativo que produce efectos deletéreos como ocurre en la hiperoxia. De aquí que sea conveniente saber el estatus pro-oxidante y antioxidante del paciente antes y durante la aplicación de la ozonoterapia. También en términos del efecto terapéutico, es conveniente conocer el estado de la actividad metabólica del organismo antes y durante la aplicación de la ozonoterapia.
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