sanguínea en una zona determinada y la consiguiente falta de oxigenación de los tejidos de la misma es muy habitual.
Suelen producirse en personas mayores o con problemas asociados a factores de riesgo vascular: tabaquismo, obesidad, arterioesclerosis, colesterol o diabetes.
Tanto en estas úlceras, como las diabéticas o las de decúbito, el efecto cicatrizante del ozono es muy importante para acelerar la cicatrización y provocar la desinfección.
Las úlceras producidas como consecuencia de un problema vascular asociado a diabetes suelen producirse en las extremidades inferiores y algunas de ellas terminan en amputaciones.
En este tipo de úlceras en las que suele haber un componente microbiano como falta de oxigenación de la zona ulcerada afectada, el efecto benefactor del ozono en la cicatrización de la herida es muy importante y, a veces, evita amputaciones.
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