La impotencia sexual es la incapacidad continua o reiterada para conseguir y mantener una erección que permita completar una satisfactoria relación sexual. En otras palabras, se la asocia como la incapacidad de realizar el acto sexual por no tener o mantener una erección del pene para poder introducirlo o mantenerlo dentro de la vagina de la mujer hasta finalizar el acto sexual.
Esta impotencia sexual afecta a millones de hombres en todo el mundo y se considera que uno presenta esta impotencia cuando no logra conseguir o mantener la erección en más del 20 por ciento del tiempo.
En un principio se relacionó a la impotencia sexual con problemas psicológicos, y si bien estos pueden tener protagonismo, actualmente se estima que entre el 80 y 90 por ciento de los casos de impotencia sexual son producto de problemas físicos, especialmente por inconvenientes del suministro de sangre al pene.
Al principio es mejor pensar la situación como una disfunción eréctil en lugar de impotencia sexual. Es decir, como problemas de insuficiencia vascular.
Así, en el estado no erecto del pene normal, las arterias pequeñas que conducen al pene se contraen minimizando la entrada de sangre. También se contraen los músculos lisos de los diminutos vasos sanguíneos ubicados dentro del pene provocando que la sangre que contienen se vaya fuera.
La situación contraria se da cuando el hombre se despierta. En ese momento el sistema nervioso central estimula los nervios para que los músculos lisos se relajen y dejen pasar la sangre hasta los tejidos peneales. Y debido al incremento del flujo sanguíneo, las cámaras esponjosas llegan a casi duplicar el diámetro.
De esta forma, un bloqueo de las arterias, una incapacidad de los vasos sanguíneos del pene para almacenar la sangre o un problema en los nervios del pene o área pelviana dan lugar a la impotencia sexual. También se puede producir por otras disfunciones fisiológicas (deficientes niveles de hormona masculina).
Acompañando esto último, también hay enfermedades que colaboran a la impotencia sexual. Ejemplos de ellas son: diabetes, esclerosis múltiple, enfermedades del riñón, ateroesclerosis, enfermedad vascular, enfermedad neurológica y alcoholismo crónico. Estas enfermedades son las causantes del 70 por ciento de los casos de impotencia sexual. Además, hay lugar para algunos medicamentos y para el cigarrillo.
En la ozonoterapia, es utilizada una mezcla de oxigeno-ozono, este gas empleado, tiene propiedades que logran aumentar el suministro de oxígeno a los tejidos.
Ha sido comprobado mediante estudios científicos que la típica aglomeración de los glóbulos rojos (Eritrocitos) en las enfermedades arteriales oclusivas, es revertida por la ozonoterapia mediante cambios en las cargas eléctricas de la membrana del eritrocito. Esta regeneración de las condiciones eléctricas normales de la membrana propicia recuperar la flexibilidad y plasticidad de los eritrocitos mejorando de esta forma, las propiedades reológicas de la sangre, lo cual favorece consecuentemente el transporte de oxígeno y por ende, mejora la circulación sanguínea, llegando a poner punto final a uno de los principales problemas que dan lugar a la impotencia sexual, aumentando la calidad de la erección, durabilidad, intensidad y frecuencia del acto sexual.
De forma más tardía, las especies reactivas del oxígeno que crea el ozono en el interior del organismo, al paso de estos por el interior de los vasos sanguíneos, va a regular el óxido Nítrico (NO) gas que favorece la regeneración del endotelio vascular que ha sido afectado por enfermedades degenerativas o propias del envejecimiento.
La terapia con ozono se ha utilizado para promover la fertilidad, al menos en el hombre, un estudio científico publicado en la revista Vestn, afirma que la ozonoterapia es eficaz para tratar la infertilidad masculina. La investigación como tal fue realizada con 126 hombres con esterilidad donde otros tratamientos habían sido ineficaces, los mismos se sometieron a 12 sesiones de autohemoterapia mayor (AHTM). Al finalizar el ciclo se aprecio un aumento en la densidad del esperma en un 70% de los pacientes.
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