Las porciones finales de los huesos están recubiertas por unas superficies lisas que son los cartílagos, lo cual permite un rozamiento no doloroso entre dichos huesos. Con el fin de alimentar, proteger y cubrir estos cartílagos, las articulaciones disponen de una membrana que las recubre saltando de un hueso a otro y que se llama membrana sinovial.
La artritis reumatoide es una enfermedad en la que se produce la inflamación de la membrana sinovial de múltiples articulaciones. Su inflamación es la responsable del dolor, de la inflamación y de la rigidez matutina que se sufre.
La inflamación mantenida de una articulación puede hacer que el cartílago se adelgace y desaparezca. El ozono puede conseguir que la inflamación de la membrana sinovial se controle, pero el daño ya producido en el hueso y en los cartílagos es irreparable. La sobrecarga de las articulaciones inflamadas contribuye a acelerar su destrucción. El ozono es capaz de revertir la inflamación de las articulaciones y mejorar incluso el metabolismo. La infiltración repetida de ozono mejora en breve espacio de tiempo el ambiente articular y produce una mejoría paulatina y mantenida.
Los tratamiento clásicos mediante infiltración de corticoides producen una importante atrofia articular y a la larga empeoran el proceso. Son por ello poco recomendables.
Articulaciones susceptibles de tratamiento:
• Manos y Falanges, Rodilla, Cadera, Hombros.
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