Cuando la halitosis es de origen bucal y el paciente cumple eficientemente con los procedimientos de higiene bucal, se puede pronosticar una reducción significativa o total de las mediciones de mal aliento. Esto último permite realizar ajustes al régimen de higiene para establecer un control a largo plazo
La halitosis crónica se trata, pero no se cura porque la halitosis crónica no es una enfermedad sino una condición que en la mayoría de los casos se ve favorecida por la proliferación circunstancial de bacterias que son huéspedes habituales de la boca.
La aplicación de agua ozonizada a alta presión no sólo debe encuadrarse en el tratamiento paliativo de la halitosis sino también que por las propiedades de limpieza, desinfectantes, bacteriostáticas y terapéuticas del ozono puede aplicarse en otros tratamientos como la desinfección de preparaciones cavitarias, desinfección previa a una exodoncia, limpieza de los surcos y fisuras presentes en la lengua escrotal, entre otras.
Al realizarse el tratamiento sobre pacientes sanos disminuye la carga bacteriana sin alterar el equilibrio de la flora evitando el desarrollo de patología inflamatoria o infecciosa.
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